10.10.11

La historia de un regreso más larga y coñazo jamás contada

Esta entrada no va a dedicada a nada ni a nadie. Simplemente es que ayer volví de Irlanda, y durante todo el tiempo considerado "de viaje", estuve dándole vueltas a la idea de escribir acerca ese día. No porque sea interesante ni nada parecido; es que para eso este es mi blog y hago lo que a mi se me antoje con él. Así que tomáoslo como un capricho del autor, que es exactamente lo que es.

Para empezar, la mañana fue bien. Me desperté a eso de las 7.30 por eso de tener tiempo suficiente para prepararme y tal, pero claro, tenía tiempo de sobra, así que me dormí de nuevo hasta las 8.30. Como es natural, gasté esa media hora de sobra que tenía durmiendo, y para la ducha, guardar las últimas cosas, tomar un triste y último desayuno irlandés bañado en mantequilla, y despedirme de la familia, me quedaba una hora escasa. No problem. Activé la supervelocidad, y lo único destacable es que le pegué una patada sin querer al perro de tanto nerviosismo.

La irishmam me dijo adiós, eso sí, no se fijó en que para el último día había guardado, con mucha malevolencia por mi parte, lo reconozco, mi camiseta de la bandera de Reino Unido. Mientras ella me plantaba cada beso en la mejilla, yo sacaba pecho en un intento de conseguir al menos siquiera una mirada de desaprovación. Pero nada de nada. Felicidad y sonrisas por todos lados. Y yo que deseaba sentirme un villano con toda mi alma, a tomar por culo. Malditos irlandeses.

Enigüey, el irishdad se enrolló a lo bestia, tengo que reconocérselo, y se ofreció a llevarme a la parada del bus que me llevaba al aeropuerto. En el camino me habló de si esa mañana los irlandeses estaban muy emocionados, por que su selección de rugby jugaba un partido muy importante, que iban a ganar, y demás restante blablablá en inglés. Yo por mi parte iba ocupado pensando en no más frío mañanero y ensaladilla rusa en cuanto tocara suelo patrio, así que me enteré de la mitad en su momento y no me importó más allá de una mierda, pero el caso es que luego esta pequeña anécdota volaría a mi mente más tarde como explicaré luego y me haría mucha gracia (aunque no la tiene, pero que queréis que os diga, soy así de idiota por dentro).

Al llegar a la parada, me despedí del irishfather, le mandé saludos al resto de la irishfamily, y le prometí una postal en navidad (promesa que se merece un yaoming, dada la cabeza olvidadiza que tengo), y me dediqué a esperar a mi susodicho Aircoach-bus. Como llegué con casi 40 minutos de sobra, me quede allí esperando, con mis dos maletas en mis flancos, y protegido por 3 abrigos que no me habían cabido en éstas últimas. Pero oye, era Irlanda, y aunque iba con cierto aire a muñeco Michelín, estaba más contento que unas pascuas así de calentito. Tan tan calentito, que ni me importó que el pedazo de día se estropeará justo esos 40 minutos que estuve esperando y me cayera mi último chaparrón gaélico. Yo me dediqué a eso, esperar todo mojado (no malpenséis), y mientras tarareaba, cantaba, y hablaba conmigo mismo, que es lo que hago cuando no tengo nada que hacer y me aburro tanto que me importa un carajo si doy miedo a los transéuntes.

Ya luego, tras darme el pequeño infarto que te da porque el autobús no llegue a su hora, me subí el dichoso bus y me quedé en esos maravillosos sillones de cuero en un estado entre la vigilia y el sueño, observando como el cincuentón de un par de asientos delante de mí se ponía a hablar por messenger (si joder, autobús con wifi. Eso es el puto progreso).

Al llegar al aeropuerto vino la parte jugosa. Fui inocentemente a facturación y me planté delante de la gran (porque gran, era el adjetivo adecuado, visto que me sacaba dos cabezas de alto y de ancho) señorita de facturación. Entregué mis papeles, puse mis maletas y tras pesarlas, murmuró unas frases en inglés que en un primer momento no oí. Transcribo como puedo la conversación para darle más énfasis:

Gran señorita de facturación - Okaaaaay, the weight is to much. I think you´re going to have to pay some fine...

Willthefuture - ... Sorry, fine?

Gran señorita de facturación - I think one hundred will be ok..

Willthefuture - ....... Sorry, one WHAT?

Gran señorita de facturación - The weight of the suit is about 20 kilos, and, with one kilo twenty euros, and you suit only can carry 15... yes, one hundred.

Mi cara tenía que ser un cuadro abstracto, porque la pobre me miró con cara de pena mientras me preguntaba si iba a pagar en cash o en card. Por suerte recobré el dominio de mis facultades y le arranqué la maleta de cuajo a la tía, medio gritándole mientras me alejaba que ahora volvería enseguida.

Acto seguido comenzó lo que se denomina en una historia "el conflicto". Imaginadme: a mí, con una maleta con ruedinas y una mochila, las dos a punto de estallar, y con tres abrigos, buscando como un yonki un servicio para hacer mis chanchullos con la maleta. Finalmente lo encontré, me metí dentro, y, haciendo como que no existen cosas como la verguenza o el decoro, abrí la maleta en todo el suelo y me puse a jugar al tetris.

Eso sí, agradecí que el suelo de ese baño irlandés estuviera condenadamente limpio.

Siguiendo con el tema, hice de todo. Traspasé ropa de la mochila a la maleta, hasta que más full no podía estar, me puse encima 7 camisetas más (yo en formato sumo) y tiré algo de ropa interior que podía comprar de nuevo cuando volviera. Pa verme, vamos.

Volví a facturación. Me volvieron a pesar la maleta. 60 pavos porque se pasaba 3 kilos. Volví al servicio. Cuento esta parte rápido porque llevo la tocha de entrada de mierda en el blog y estáis tan hasta la polla como yo, seguro.

 De nuevo en el cuarto de baño, y esta vez decidí deshacerme de mucho, pero mucho, más peso. Cogí y tiré un cinturón y unas botas; y luego, conseguí abrir una de las botellas de cerveza pegándole golpes con la ayuda de un irlandés que pasaba por allí. Llevaba dos botellas más pequeñas como regalo (unas botellas superraras con pinta del año de la polka que encontré en un mercadillo, que tenía la sensación de que iban a estar asquerosas, pero claro como eran para regalo no las podía tirar). La segunda no lo conseguimos, pero vacié una botella de zumo que me había traído como regalo del puto enfado. Ah, y tiré más ropa interior.

El caso es que mientras realizaba toda esta operación un viajero se acercó a mi y me preguntó si era español. Yo le dije muy educadamente que sí, y me preguntó por no se qué mierda de control, a lo que yo le respondí muy educadamente que no tenía ni puta idea de lo que me estaba hablando. Pero se ve que le caí bien, porque mientras hacía el camino de vuelta a facturación el nota me seguía y me daba conversación.

Por suerte, conseguí esquivar al dichoso sinamigos en facturación de nuevo. Felicidad, pensaba yo. Entregué la maleta y recibí con una sonrisa idiota el comentario de la maldita gorda de los cojones:

Gran señorita de facturación - Okey. You only have to pay 20 euros.

Pagué. Evidentemente, pagué.

Mi enfado no remitió al decirme la tía que tenía que ir a pagar a quintocoñolandia no, más lejos, y descubrir que sinamigos me esperaba a traición para acompañarme de vuelta. Hice el camino rápido, pagué, y con una rápida maniobra me deshice de sinamigos diciéndole que nos veríamos en el vuelo. "Tu padre me va ver en el vuelo", pensaba yo.

En ese momento sucedió la cosa más imprevista del mundo. Una loca se acercó a mi corriendo y se detuvo enfrente mía. Transcribo la conversación:

Loca de los cojones - ¡Eeh! ¡Eeh! ¿Eres español?

Wilthefuture - Ehm, sí.

Loca de los cojones - ¡Aah! ¡Genial! Mira, te digo, tengo que facturar, pero tengo dos maletas, te dejo una maleta aquí, vengo enseguida a buscarla, ¿vale?

Willthefuture - ... ehm...

Loca de los cojones - ¡Guay! ¡Gracias!

Me quedé solo con la maleta. Allí, esperando. Con cara de retrasado mental, seguramente. Se me pasó de todo por la cabeza, de verdad, lo juro, puedo ser vomitivamente cruel y malvado cuando me lo propongo, y a esa loca le hice de todo mentalmente mientras la esperaba. Idiota, me diréis. Ya, joder, no es nada nuevo.

La loca finalmente volvió, y yo no le dije ni adiós mientras me largaba de allí, echando pestes de Ryanair a más no poder. Me metí finalmente en Departures, y luego esperé una hora o algo así a que abrieran las puertas de embarque. Me asaba como un cerdo en un horno con tanto abrigo, pero de verdad, me la resbalaba taaaanto que ni me los quité.

Cuando subí al avión, ya la cosa se relajó y se volvió mas aburrida, por fin. El vuelo se me hizo muy ameno, porque se sentaron a mi lado una pareja de irlandeses muy sociables y muy educados, con los que me entendí perfectamente en inglés (que coño os creéis), y que me recordó que haberme ido a Irlanda 3 semanas me había servido para algo. Hablamos de estudios, de viajes, de países, etc, etc, etc. El nota irlandés me comentó que habían perdido el partido de rugby, lo cual me hizo mucha gracia (toma flashback), y me dormí, y eso.

Y ya está. Llegué a España de nuevo. Sólo era eso. Espero que no hayáis leído la entrada entera. De verdad, he tardado casi tres días en escribirla, yo estoy harto de la puñetera entrada, entendería perfectamente que hubiérais pasado. Si habéis llegado hasta aquí, chapó. Y que os busquéis un hobby.

"Ensaladilla",  pensaba yo al bajar por la escalerilla del avión. "Ensaladilla..."

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