31.10.11

Fragmentos varios volumen 1

Tengo un poco de tiempo antes de que venga toda la peña y tengamos que salir a esa americanada mundial conocida como Halloween, y como hace un follón que no escribo nada, os voy a meter unos cuantos fragmentos que me gustan pillados de varias partes. Así reutilizo lo que ya tengo escrito, vosotros tenéis algo que leer, y yo solamente copio y pego y quedo tan guay.

Que las disfrutéis cabrones:

 

"The Sandman" (Dream, Volumen 1) - Neil Gaiman. 1988-1996. 

Sueño - Y VOSOTROS, que os llamáis coleccionistas.
Sueño - Hasta ahora, habéis protagonizado fantasías en los que sois los héroes maltratados de vuestras historias.
Sueño - Ensoñaciones reconfortantes donde, al final, resulta que tenéis razón.
Sueño - Nunca más.
Sueño - Para vosotros, el sueño ha terminado. Me lo he llevado.
Sueño - Pues esta es mi sentencia: sabréis lo que sois siempre y en todo momento. Y sabréis lo POCO que eso significa.

"The world according to Garp" - John Irving. 1978.

Un día, en la sala de lucha libre, Garp se sentó junto a Helen. El no ignoraba que tenía un grano en el cuello y que sudaba copiosamente. Las gafas de Helen estaban tan empañadas que Garp dudó de que pudiera leer.
- Lees mucho - le comentó.
- No tanto como tu madre - respondió Helen sin mirarle.
Dos meses mas tarde, Garp dijo a Helen:
- Te estropearás los ojos si sigues leyendo en un lugar tan caluroso como éste.
Helen le miró, esta vez a través de los cristales nítidos, que agrandaban sus ojos de manera sorprendente.
- Ya los tengo estropeados. "Nací" con los ojos estropeados.
Pero a Garp le parecían unos ojos hermosos, tanto que no supo qué decirle.

"The world according to Garp" - John Irving (2). 1978. 

La caja con tres condones anidaba incómodamente en su bolsillo, con las gomas enroscadas como víboras.
En el mohoso apartamento de Cindy, sólo usó una de ellas. Descubrió sorprendido que se habían retirado todos los muebles; reunieron las abultadas maletas de Cindy e improvisaron un incómodo lecho. Garp se cuidó de no permanecer un segundo más de lo necesario para que Helen no pensara que había pasado demasiado tiempo incluso para una despedida "literaria".
Un espeso arroyo atravesaba los terrenos de la escuela y Garp arrojó furtivamente los dos profilácticos restantes a través de la ventanilla del coche en marcha... imaginando que un alerta guardián del campus podía haberle visto y ya estaba revolviendo el lecho del arroyo para recuperar las pruebas: dos gomas que no habían sido arrastradas por la corriente. La prueba que conduce al criminal.
Pero nadie le vio, nadie le descubrió. Ni siquiera Helen -que ya dormía- percibiría el olor peculiar del sexo: a fin de cuentas, horas antes, él lo había adquirido legítimamente. Aun así, Garp se duchó y se metió limpiamente en su segura cama, se acurrucó contra Helen, que murmuró alguna palabra afectuosa e instintivamente cubrió la cadera de Garp con su largo muslo. Como él no respondió, apretó sus nalgas contra él. A Garp le ardía la garganta con la confianza de Helen y por su amor por ella. Palpó amorosamente la leve hinchazón de su embarazo.
Duncan era un niño sano e inteligente. La primera novela de Garp, al menos, había hecho de él lo que él decía que quería ser. La lujuria todavía complicaba la joven vida de Garp, pero tenía la suerte de que su mujer le deseara, lo mismo que él a ella. Ahora un segundo hijo entraría a formar parte de su cuidadosa y ordenada aventura. Volvió a palpar ansioso el vientre de Helen, en espera de una patada, de una señal de vida. Aunque coincidía con ella en que sería hermoso tener una niña, Garp abrigaba la esperanza de que fuera otro varón.
Se preguntó por qué. Recordó la chica del parque, su imagen de Ellen James sin lengua, las difíciles decisiones de su propia madre. Sintió la dicha de vivir con Helen; ella tenía sus propias ambiciones y él no podía dominarla con las suyas. Pero recordó a las prostitutas de la Kärntnerstrasse y a Cushie Percy (que moriría en su primer y único parto). Y ahora -su aroma todavía en su cuerpo, o al menos en su mente, aunque se había bañado- , la saqueada Huesos de Pichón. Cindy había gemido bajo su cuerpo, con la espalda apoyada en una maleta. Una vena azul latía en sus sienes, las sienes translúcidas de una niña de piel pálida. Y aunque Cindy todavía tenía lengua, había sido "incapaz" de hablarle cuando la dejó.
Garp no quería una hija a causa de los hombres. A causa de los hombres "malos", sin duda alguna; pero incluso, pensó, a causa de los hombres como "yo".

Soldados de Salamina - Javier Cercas. 2001. 

-Creí que eras nacionalista.
Aguirre dejó de comer.
-Yo no soy nacionalista -dijo-. Soy independentista.
-¿Y qué diferencia hay entre las dos cosas?
-El nacionalismo es una ideología -explicó, endureciendo un poco la voz, como si le molestara tener que aclarar lo obvio-. Nefasta a mi juicio. El independentismo es sólo una posibilidad. Como es una creencia, y sobre las creencias no se discute, sobre el nacionalismo no se puede discutir; sobre el independentismo sí. A usted le puede parecer razonable o no. A mí me lo parece.
No pude soportarlo más.
-Preferiría que me llamases de tú.
-Perdona -dijo: sonrió y continuó comiendo-. A las personas mayores estoy acostumbrado a tratarlas de usted.

La segunda parte muy pronto. Que tengo más, y era por no saturaros hombre. 

13.10.11

Enfermedad, me estás tocando las pelotas...

Me dispongo a escribir, así que me preparo. Taza de Chewacca a la izquierda, esta vez llena de un caldo tela de barato que me he pillado en el Lidel de aquí cerca. No esta mal. Le doy un 9 relación calidad precio.

Estoy enfermo, y no hay nada que me joda más que estar enfermo. No porque es incómodo a saco, que ya lo es, si no porque siento que no utilizo el tiempo para absolutamente nada. Y no veas como jode. Vale, se supone que me estoy "recuperando". Pero no veas como jode.

Así que nada. Mucho pensar, y también de no hacer nada. Supongo que se necesita algo así de vez en cuando, tener tiempo para tus cosas. Yo he intentado ponerme a trabajar; y bueno, algo he conseguido, sí, he tenido unas cuantas ideas para cierto corto que estamos montando. Pero sigo cabreado.

En fin. Ahora mismo me apetecería decir muchos tacos, enfadarme con todo el mundo, y pegarle a alguien. A un político, o a uno de esos gilipollas con dinero. Ya sabéis todos cuáles son.

Por suerte para el mundo en general, estoy vomitando toda la mala uva que tengo en este blog. Asco de Internet y su relación de sustitución de la realidad con el usuario.

Pues eso. Asco de día. Ahora me haré de comer, charlaré con mi compi de las ideas para el corto que se me han ocurrido, si no le gustan le mato, y luego nos pondremos a pasarnos el Metal Gear Solid, con el que me desahogaré matando gente de mentira.

Y ya está. Vamos, Chewie, que tengo hambre.

11.10.11

Lo que se saca mirando con intensidad un par de lasagnas

Hoy me he quedado a comer en la facultad. Y sí, ya lo sé, nadie debería quedarse a comer nunca en el comedor de la facultad. Entendedme: la comida es barata, te atienden como a una persona humana, y, vuelta a la comida, podría estar más vomitiva, honestamente. Pero quien haya comido más de un inocente par de veces al año en el comedor de la facultad sabe lo que digo.

Ahora voy a desviarme para pasar al tema de verdad. Me encontré con unas amigas que estudian allí, y como tenía media hora antes de que empezaran las clases, decidí aceptar la oferta de sentarme en su mesa. Saqué mi almuerzo: un melocotón por eso de comer sano y unos filipinos que me cedió mi buen amigo Sollomcqueen por eso de tener energia, y me senté en un extremo de la mesa, dedicándome a pensar en mis cosas mordisqueando el melocotón.

La cosa es, que al rato me aburrí de pensar en mis cosas, y como estas chiquillas estaban en piña en la mesa y parecía que no reparaban en mi decidí ponerme a escucharlas. No sé, pero mi lógica de medio día me decía que a lo mejor podía enterarme de algo interesante, emocionante, o misterioso, escuchando a un grupo de mujeres hablar de sus cosas sin una presencia masculina en medio de la conversación.

Menuda idiotez, estaréis pensando, porque yo estaba en la misma mesa. Vuelvo a recalcar que esto es un puto blog de gilipolleces varias, y que si buscáis hechos reveladores y significados profundos de la naturaleza humana, leáis a Chomsky, Irving, o estudiéis física.

Y sí. Tener una lógica distinta dependiendo del momento del día es lo que tiene: creerte con toda la razón del mundo y a la media hora darte cuenta de que has hecho el gilipollas.

El caso es que me puse a escucharlas con toda mi ilusión y regodeándome por ser un observador de la naturaleza humana tan bueno. ¿Que de que hablaron?

Para empezar, no tengo un oído fino, así que me enteré de la mitad. Estos son los temas que creo haber escuchado:

1) Que bueno estaba el hojaldre de una.

2) Que montón de lasagna tenemos para comernos entre todas.

3) Restante blablablá acerca de ropa, que honestamente, ni entiendo ni me interesa.

Y ya está. Eso fue lo que presencié. Mientras me iba y me despedía porque empezaba mi clase y empezaban a decirme que si era alguna especie de maniático de la limpieza, pensaba en mi en absoluto productiva investigación acerca de la naturaleza humana. Que sin interés y que patético que era todo.

Y bueno, la cosa es que sí. Volví a mi vieja conclusión, algo pobre y tarde, seguramente, de que todo es mucho más patético y aburrido de lo que nos imaginamos. Realmente, todo de alguna manera es, de serie, así de falto de interés. Lo cual no es malo, porque saber eso te permite esperar un poco mejor lo que te puede dar la maldita vida, y que es lo que puedes hacer tu para que no sea así.

Porque, creo que se puede admitir, estamos rodeados de momentos en nuestras vidas en los que no actuamos como pensamos que deberíamos hacerlo. Pero la cosa es que no es tan grave. No estamos hechos para seguir un camino de perfección, porque el resto del universo tampoco lo está.

Lo que puedes intentar es comprender, seguir adelante, y reírte de ti mismo cuando sea posible, que alarga la vida y a no ser que tengas especial mala suerte, seguro que te hace más atractivo.

Y eso es lo que pensé en el camino a mi clase de inglés, tras mirar fijamente un par de lasagnas.

10.10.11

La historia de un regreso más larga y coñazo jamás contada

Esta entrada no va a dedicada a nada ni a nadie. Simplemente es que ayer volví de Irlanda, y durante todo el tiempo considerado "de viaje", estuve dándole vueltas a la idea de escribir acerca ese día. No porque sea interesante ni nada parecido; es que para eso este es mi blog y hago lo que a mi se me antoje con él. Así que tomáoslo como un capricho del autor, que es exactamente lo que es.

Para empezar, la mañana fue bien. Me desperté a eso de las 7.30 por eso de tener tiempo suficiente para prepararme y tal, pero claro, tenía tiempo de sobra, así que me dormí de nuevo hasta las 8.30. Como es natural, gasté esa media hora de sobra que tenía durmiendo, y para la ducha, guardar las últimas cosas, tomar un triste y último desayuno irlandés bañado en mantequilla, y despedirme de la familia, me quedaba una hora escasa. No problem. Activé la supervelocidad, y lo único destacable es que le pegué una patada sin querer al perro de tanto nerviosismo.

La irishmam me dijo adiós, eso sí, no se fijó en que para el último día había guardado, con mucha malevolencia por mi parte, lo reconozco, mi camiseta de la bandera de Reino Unido. Mientras ella me plantaba cada beso en la mejilla, yo sacaba pecho en un intento de conseguir al menos siquiera una mirada de desaprovación. Pero nada de nada. Felicidad y sonrisas por todos lados. Y yo que deseaba sentirme un villano con toda mi alma, a tomar por culo. Malditos irlandeses.

Enigüey, el irishdad se enrolló a lo bestia, tengo que reconocérselo, y se ofreció a llevarme a la parada del bus que me llevaba al aeropuerto. En el camino me habló de si esa mañana los irlandeses estaban muy emocionados, por que su selección de rugby jugaba un partido muy importante, que iban a ganar, y demás restante blablablá en inglés. Yo por mi parte iba ocupado pensando en no más frío mañanero y ensaladilla rusa en cuanto tocara suelo patrio, así que me enteré de la mitad en su momento y no me importó más allá de una mierda, pero el caso es que luego esta pequeña anécdota volaría a mi mente más tarde como explicaré luego y me haría mucha gracia (aunque no la tiene, pero que queréis que os diga, soy así de idiota por dentro).

Al llegar a la parada, me despedí del irishfather, le mandé saludos al resto de la irishfamily, y le prometí una postal en navidad (promesa que se merece un yaoming, dada la cabeza olvidadiza que tengo), y me dediqué a esperar a mi susodicho Aircoach-bus. Como llegué con casi 40 minutos de sobra, me quede allí esperando, con mis dos maletas en mis flancos, y protegido por 3 abrigos que no me habían cabido en éstas últimas. Pero oye, era Irlanda, y aunque iba con cierto aire a muñeco Michelín, estaba más contento que unas pascuas así de calentito. Tan tan calentito, que ni me importó que el pedazo de día se estropeará justo esos 40 minutos que estuve esperando y me cayera mi último chaparrón gaélico. Yo me dediqué a eso, esperar todo mojado (no malpenséis), y mientras tarareaba, cantaba, y hablaba conmigo mismo, que es lo que hago cuando no tengo nada que hacer y me aburro tanto que me importa un carajo si doy miedo a los transéuntes.

Ya luego, tras darme el pequeño infarto que te da porque el autobús no llegue a su hora, me subí el dichoso bus y me quedé en esos maravillosos sillones de cuero en un estado entre la vigilia y el sueño, observando como el cincuentón de un par de asientos delante de mí se ponía a hablar por messenger (si joder, autobús con wifi. Eso es el puto progreso).

Al llegar al aeropuerto vino la parte jugosa. Fui inocentemente a facturación y me planté delante de la gran (porque gran, era el adjetivo adecuado, visto que me sacaba dos cabezas de alto y de ancho) señorita de facturación. Entregué mis papeles, puse mis maletas y tras pesarlas, murmuró unas frases en inglés que en un primer momento no oí. Transcribo como puedo la conversación para darle más énfasis:

Gran señorita de facturación - Okaaaaay, the weight is to much. I think you´re going to have to pay some fine...

Willthefuture - ... Sorry, fine?

Gran señorita de facturación - I think one hundred will be ok..

Willthefuture - ....... Sorry, one WHAT?

Gran señorita de facturación - The weight of the suit is about 20 kilos, and, with one kilo twenty euros, and you suit only can carry 15... yes, one hundred.

Mi cara tenía que ser un cuadro abstracto, porque la pobre me miró con cara de pena mientras me preguntaba si iba a pagar en cash o en card. Por suerte recobré el dominio de mis facultades y le arranqué la maleta de cuajo a la tía, medio gritándole mientras me alejaba que ahora volvería enseguida.

Acto seguido comenzó lo que se denomina en una historia "el conflicto". Imaginadme: a mí, con una maleta con ruedinas y una mochila, las dos a punto de estallar, y con tres abrigos, buscando como un yonki un servicio para hacer mis chanchullos con la maleta. Finalmente lo encontré, me metí dentro, y, haciendo como que no existen cosas como la verguenza o el decoro, abrí la maleta en todo el suelo y me puse a jugar al tetris.

Eso sí, agradecí que el suelo de ese baño irlandés estuviera condenadamente limpio.

Siguiendo con el tema, hice de todo. Traspasé ropa de la mochila a la maleta, hasta que más full no podía estar, me puse encima 7 camisetas más (yo en formato sumo) y tiré algo de ropa interior que podía comprar de nuevo cuando volviera. Pa verme, vamos.

Volví a facturación. Me volvieron a pesar la maleta. 60 pavos porque se pasaba 3 kilos. Volví al servicio. Cuento esta parte rápido porque llevo la tocha de entrada de mierda en el blog y estáis tan hasta la polla como yo, seguro.

 De nuevo en el cuarto de baño, y esta vez decidí deshacerme de mucho, pero mucho, más peso. Cogí y tiré un cinturón y unas botas; y luego, conseguí abrir una de las botellas de cerveza pegándole golpes con la ayuda de un irlandés que pasaba por allí. Llevaba dos botellas más pequeñas como regalo (unas botellas superraras con pinta del año de la polka que encontré en un mercadillo, que tenía la sensación de que iban a estar asquerosas, pero claro como eran para regalo no las podía tirar). La segunda no lo conseguimos, pero vacié una botella de zumo que me había traído como regalo del puto enfado. Ah, y tiré más ropa interior.

El caso es que mientras realizaba toda esta operación un viajero se acercó a mi y me preguntó si era español. Yo le dije muy educadamente que sí, y me preguntó por no se qué mierda de control, a lo que yo le respondí muy educadamente que no tenía ni puta idea de lo que me estaba hablando. Pero se ve que le caí bien, porque mientras hacía el camino de vuelta a facturación el nota me seguía y me daba conversación.

Por suerte, conseguí esquivar al dichoso sinamigos en facturación de nuevo. Felicidad, pensaba yo. Entregué la maleta y recibí con una sonrisa idiota el comentario de la maldita gorda de los cojones:

Gran señorita de facturación - Okey. You only have to pay 20 euros.

Pagué. Evidentemente, pagué.

Mi enfado no remitió al decirme la tía que tenía que ir a pagar a quintocoñolandia no, más lejos, y descubrir que sinamigos me esperaba a traición para acompañarme de vuelta. Hice el camino rápido, pagué, y con una rápida maniobra me deshice de sinamigos diciéndole que nos veríamos en el vuelo. "Tu padre me va ver en el vuelo", pensaba yo.

En ese momento sucedió la cosa más imprevista del mundo. Una loca se acercó a mi corriendo y se detuvo enfrente mía. Transcribo la conversación:

Loca de los cojones - ¡Eeh! ¡Eeh! ¿Eres español?

Wilthefuture - Ehm, sí.

Loca de los cojones - ¡Aah! ¡Genial! Mira, te digo, tengo que facturar, pero tengo dos maletas, te dejo una maleta aquí, vengo enseguida a buscarla, ¿vale?

Willthefuture - ... ehm...

Loca de los cojones - ¡Guay! ¡Gracias!

Me quedé solo con la maleta. Allí, esperando. Con cara de retrasado mental, seguramente. Se me pasó de todo por la cabeza, de verdad, lo juro, puedo ser vomitivamente cruel y malvado cuando me lo propongo, y a esa loca le hice de todo mentalmente mientras la esperaba. Idiota, me diréis. Ya, joder, no es nada nuevo.

La loca finalmente volvió, y yo no le dije ni adiós mientras me largaba de allí, echando pestes de Ryanair a más no poder. Me metí finalmente en Departures, y luego esperé una hora o algo así a que abrieran las puertas de embarque. Me asaba como un cerdo en un horno con tanto abrigo, pero de verdad, me la resbalaba taaaanto que ni me los quité.

Cuando subí al avión, ya la cosa se relajó y se volvió mas aburrida, por fin. El vuelo se me hizo muy ameno, porque se sentaron a mi lado una pareja de irlandeses muy sociables y muy educados, con los que me entendí perfectamente en inglés (que coño os creéis), y que me recordó que haberme ido a Irlanda 3 semanas me había servido para algo. Hablamos de estudios, de viajes, de países, etc, etc, etc. El nota irlandés me comentó que habían perdido el partido de rugby, lo cual me hizo mucha gracia (toma flashback), y me dormí, y eso.

Y ya está. Llegué a España de nuevo. Sólo era eso. Espero que no hayáis leído la entrada entera. De verdad, he tardado casi tres días en escribirla, yo estoy harto de la puñetera entrada, entendería perfectamente que hubiérais pasado. Si habéis llegado hasta aquí, chapó. Y que os busquéis un hobby.

"Ensaladilla",  pensaba yo al bajar por la escalerilla del avión. "Ensaladilla..."

7.10.11

Algo acerca de irlandeses y alcohol

Creo que tendría que escribir algo de Irlanda. Irlanda, Ireland, Éire. Es este un país que vale la pena visitar, sobre todo si tienes dinero. En fin, no tengo intención de engañar a nadie: esta maravillosa tierra hace que me retuerza de dolor cada vez que tengo que pagar una cerveza.

Pero maemía (en serio he escrito yo eso?) como está la Guinness!!

Y bueno, no es solo por el alcohol. Me refiero a que tiene su encanto, llegar a un país distinto al tuyo y sumergirte lo que puedas en la vida, respirando la atmósfera que puedes llegar a encontrar. Por ejemplo, volvamos al tema del alcohol. A mí siempre me ha gustado la Guinness. Y sí, os voy a desmentir un mito, llorad si queréis:

Aquí la Guinness sabe igual.

No más fuerte, no más sabrosa, no más fría (frío estás tú, joder!). Es la misma puta Guinness de siempre. A ver, sigue estando buena, no me malinterpretéis. Pero tu llegas aquí esperando que cada sorbo sea LA EXPLOSIÓN DE SABOR. Y oye, sabe igual.

En un principio te sientes decepcionado. O yo, al menos, me sentí así.

Luego te sientes estafado. Porque te ha costado 4.30 pavos. Medio litro de cerveza.

Y sí. Duele.

Pero tras pasar mis pocas semanas aquí he ido desarrollando la teoría pensando en lo muy, muy orgullosos que están aquí de la cerveza. Más que nosotros de Cruzcampos y Alhambras, mucho más! Y cuando te das cuenta de eso, y empiezas a observar con curiosidad cada pequeña diferencia que existe tomando una simple cerveza en un pub irlandés... la música, la luz, la camaradería, el juego, las risotadas, y las bromas que te envuelven, luego te entran ganas de más. Y es entonces cuando empiezas a fijarte en los detalles en los que somos iguales. Y darte cuenta de cuanto nos parecemos es realmente lo asombroso, y lo mágico. Y observar todo ello mientras te bebes una pinta de Guinness, con tu montón de colegas europeos, jugando contra los irlandeses para arrebatarles el primer premio del torneo de Quiz del miércoles, es una de las cosas por las que merece la pena pagar 4.30.

Siempre que viajo pienso lo mismo. Lo jodidamente parecidos que somos todos. Borrachos, idiotas, patosos, y estúpidamente humanos.

De como nació este blog (si es que eso le interesa a alguien...)

Buenos afternoons a todos.

Mirad, si leéis esto, es que estáis realmente aburridos. No por nada, si no porque esta entrada no va a decir nada interesante. ¿Quien cojones entra en un blog que ya te avisa en el título que no vas a encontrar nada interesante aquí? Si estás leyendo esto, en serio, eres un masoca. Así que voy a escribir lo que me de la real gana, porque pa qué me voy a preocupar de gente como vosotros, tipejos y tipejas sin vida social.

Lo dicho: este es un blog con la única y exclusiva finalidad de plasmar cualquier pollada que me surja. Una de las razones por las que está gestándose esto es, efectivamente, que no tengo otra cosa que hacer ahora mismo. Ya véis, pérdida de tiempo total, diréis algunos. Subnormal profundo, diréis otros. Me la refanfinfla. Sois vosotros los que estáis decidiendo leer esto, no yo. Si por algún casual a alguien le pica la curiosidad y le da por mirar este intento de blog; en serio, se lo merece.

Los que hayáis aguantado leyendo hasta aquí os preguntaréis que podéis esperar encontrar en futuras (entradas). Pues mirad, no tengo ni idea. En serio, cuando se me ocurrió la inocente idea de escribir el blog, me imaginé a mi mismo hablando de cientos de temas interesantes, todos vosotros aplaudiendo, y toda esa mierda. En mi mente danzaba la idea de crear un blogs con más seguidores que Crepúsculo, Star Wars, y Justin Bieber juntos. Pero en serio, a quién quiero engañar: suerte tendré si digo algo con un mínimo de sentido en las próximas páginas entradas.

Así que mi plan actual, mucho más modesto, consistirá en lo siguiente: cuando tenga tiempo (y ganas) escribiré cosas. Me sentiré muy sorprendido si alguno me contesta, de verdad, pero honestamente, sólo os voy a responder si tengo ganas, qué os creéis. El tiempo lo gasto en otras cosas.

Y bueno. Yastá. Que comience el shou.